lunes, 13 de enero de 2020

DISIDENCIA REAL


No soy nada dada a los chismorreos y desde luego en mi casa no entran revistas de prensa rosa, es más, cuando voy de muy tarde en tarde a la peluquería prefiero pasar el tiempo jugando con mi móvil a ver las revistas medio rotas que decoran algún rincón del local. En definitiva, la vida de la gente y, más de los famosos, me importan entre poco y nada, a no ser que la noticia me genere algún debate social o despierte mi interés por motivos más importantes que el mero cotorreo insustancial.

Es por eso que no me puedo quedar impasible ante la noticia de estos últimos días, la renuncia de los duques de Sussex a sus privilegios reales, es decir, a solicitar su independencia de los asuntos de Estado, que, por su estatus, va inherente a sus personas. Esto está generando el revuelo esperado de la prensa y un debate polarizado en la sociedad, en el propio Reino Unido y desde luego en el resto de lo que conocemos como primer mundo, dudo mucho que a determinados países africanos o asiáticos les interese mucho este tema, al menos a nivel de calle.

El debate es: ¿eres pro o anti-Meghan? Porque lo que es una realidad es que, como siempre, la mujer es la que paga el pato, ya que se la está señalando como la única y auténtica culpable de esta situación. 

En este caso me considero muy pro-Meghan, faltaría más. A esta mujer desde que pisó el sacrosanto Buckingham Palace se la hizo una auténtica radiografía, comenzaron a mirarla de arriba a abajo, algo que siempre he detestado, los más puristas o clasistas (en este caso prefiero el segundo adjetivo) comenzaron a sacar punta a todo: que si era negra, que si plebeya, que si ex actriz, que si rebelde, que si era mayor que su prometido, etc. Ya tras la boda la cosa fue a mayores: que si el vestido de novia, que si su estilo de vida, que si demasiado cercana a su madre y el pasado de esta, la mala relación con sus hermanastros… En fin, un no parar atacando en lo más íntimo de una persona (mal por los desconocidos jueces que se permiten criticar lo que no debería ser criticable, pero fatal por su familia que se comportaron como unos auténticos —perdón por la palabra— cerdos).

He leído que entre las últimas críticas hay algo tan feo como referirse a su hijo cuando nació como mono, y en una cadena tan bendecida como la BBC, siempre con el temor que el niño se pareciera a su madre en el color de piel ¡Y qué! Un gran problema para algunos parece ser.

¿Es tan difícil de comprender que esta pareja esté hasta las narices de estos comentarios y vejaciones? Pero si hasta en una visita oficial Trump se permitió el lujo de mirarla con desdén. Perdón, pero yo Queen de todos los United Kingdom hubiese utilizado toda esa flema británica de la que ellos se sienten tan orgullosos y toda su diplomacia para mandar a este señor a reírse de su tupé naranja.

Dicen que la reina esta muy afectada y rabiosa por la decisión de su nieto, y ya muchas mentes clarividentes lo están comparando con la llamemos… deserción de su tío el duque de Windsor cuando por amor a Wallis Simpson renunció a su derecho al trono. No veo ningún paralelismo, lo siento. Eduardo dejó la corona plantada en un momento muy complicado de la Historia, no solo británica, también europea, en manos de su hermano menor, que ni había sido preparado para el trono, —y además tenía una tara física, la tartamudez— que complicaba la situación, volvemos al purismo real, aunque en mi humilde opinión resultó ser un buen monarca. Este hecho, señores, se llama abdicación, lo de los duques de Sussex puede ser hartazgo, independencia, pero nunca es comparable a lo que hizo el hermano mayor de su bisabuelo. Que hay que tirar de árbol genealógico para no equivocarse, ¡leñe! No se de qué se quejan ¿Será por pretendientes a la joyita que tienen guardada en la torre?

Harry no deja un trono empantanado, para eso ya está su hermano mayor, su señora esposa y toda su prole. De momento van tres y no dudo que puedan ser más, que a Kate la veo muy puesta en su labor de futura consorte, y seguramente no dudará en cumplir con sus obligaciones como mandan los cánones. No seré yo quien critique esto, siempre que sea algo acorde con su pensamiento y sus deseos y no una pose hipócrita e impuesta de señorita de la alta burguesía venida a más.

Si alguien está a disgusto o no se siente bien en su papel impuesto lo más honesto y leal es renunciar a ese tipo de vida e intentar vivir a su manera. Es mucho más honesto renunciar a sus honores de royals que vivir del cuento a costa de sus privilegios, o hacerse un Andrew, el hijo de la reina implicado en un caso de… ¿corrupción? ¡Oh cielos! Eso es dañar una institución, no renunciar a sus derechos, eso no es más que algo tan humano como reclamar la libertad de vivir como quieras intentando no dañar a nadie.

Para los que critican a esta pareja por faltar al honor y a sus obligaciones, para todos aquellos que se dejan llevar de tradicionalismos clasistas y caducos, voy a hacer mías unas palabras, de don Benito Pérez Galdós allá por el siglo XIX, un genial párrafo de su novela El Abuelo, cuando el protagonista, el conde de Albriz se entera que una de sus nietas no es hija de su hijo, sino de un pintor que fue el amante de su nuera,  el tutor de las niñas, ante las quejas del señor le dice: “¿Sabe lo que es el honor señor conde? Se lo voy a decir, el honor es una soberana mierda”.

viernes, 10 de enero de 2020

ESE MADRID SUBTERRÁNEO



Reconozco que mi relación con la ciudad que me vio nacer es un tanto extraña. Desde siempre he sentido una mezcla de amor y odio difícil de comprender incluso para mí. Me fascina y me exaspera a la vez, por eso, no es nada extraño que en ocasiones me aleje, y en otras tenga la necesidad imperiosa de volver a pisar sus calles y respirar su atmósfera no muy saludable.

Por todo eso no es nada inusual que, en ocasiones, me siga perdiendo por sus calles centrales  y más emblemáticas. Tengo que reconocer que adoro mi ciudad —por lo que me contaban mi abuela y mi padre, una ciudad con sabor a villa que respiraba, aún a principios del siglo XX, un halo de sana ingenuidad a pesar de arrastrar su lacra de capitalidad del Estado durante varios siglos— pero también la detesto por sus ruidos, su contaminación y por ese empeño que tienen algunos de convertirla en un New York de pacotilla, antinatural, que nos rompe nuestro esquema histórico y genético.

Hace unos quince días en uno de estos paseos vi como un grupo de turistas curiosos espiaban  por un agujero en la lona que cubre las actuales obras de la calle Bailén. ¿Qué estarán mirando estos tan atentos?—pensé— ¡Mira, si la tradición de nuestros abueletes por distraerse mirando las obras no va a ser tan made in Spain, que va ser una costumbre más europea que la Torre Eiffel! Escéptica que es una, me tuve que morder el pensamiento, algo sarcástico admito, y reconocer que el turismo, algunas veces, sirve para algo más que para ponerse ciego de agua con misterio en nuestras playas. Porque, sí, sin este grupo de simpáticos guiris, probablemente el hallazgo habría pasado desapercibido para mí; obvio que me habría enterado más tarde, pero a toro pasado y sin verlo por sorpresa y en el acto no habría tenido la misma gracia, ¿verdad?

Mis asombrados ojos descubrieron lo que parecen ser las cuevas y los sótanos de una construcción antigua que, según los primeros estudios de los expertos, podría datar del siglo XVIII. Se cree que pueden ser los sótanos de lo que fue el Palacio del Marqués de Grimaldi, diseñado por Sabatini prácticamente a la vez de que el Palacio Real. Y mi imaginación innata y voladora me lleva a pensar que los conocidos jardines de Sabatini, —desde que tengo uso de razón, ligados al  Palacio Real— pudieran formar parte de este palacio. Siempre pensé que esos jardines, marco de mis fotos de recién casada, estaban un poco a desmano de mi muy querido Palacio de Oriente, como le llamamos los gatos.

El Palacio fue parcialmente demolido en 1931, y estos restos,  por la suerte azarosa que dan las cosas mal hechas, algo que puede ser una incongruencia, pero no lo es,  porque si algún manazas de estos que presumen de hacerlo todo bien lo hubiera hecho a conciencia, derribando esta maravilla en el primer trazado de la calle, habría sido un desastre arqueológico. ¡Cuánta Historia habremos perdido ya por la manipulación urbanística interesada y desmesurada! Prefiero no pensarlo, que me subo por las paredes.  Mejor agradezco al cerebro que decidió ahorrar costes y echar una capa de asfalto sin tirar un solo ladrillo de esta reliquia arquitectónica, para que ahora en pleno siglo XXI podamos gozarla, los curiosos, los guiris y una servidora.

Otra curiosidad,  esta construcción también se conoció con el nombre de Palacio de Godoy, ya que entrado el siglo XIX fue la residencia oficial de Godoy, el Príncipe de la Paz, hombre de confianza de Carlos IV y sobre todo de su esposa María Luisa de Parma. El niño mimado de la corte que luego salió escaldado, pero eso es otro berenjenal  que mejor dejo para otro día.

Las últimas noticias parecen indicar que estas ruinas se van a respetar porque quedarán bajo la protección de Patrimonio, algo que me alegra enormemente. No puedo negar que siento un placer especial en reencontrar ese Madrid bajo el asfalto, que probablemente nos descubra muchos secretos y nos ayude a conocer mejor lo que fue y será nuestra villa.




miércoles, 15 de abril de 2015

YA LLEGÓ LA PRIMAVERA A... LA DELEGACIÓN DE HACIENDA

Juas, juas, os he pillado malandrines, seguro que pensabáis que donde había llegado la primavera era a esos grandes almacenes que todos conocemos y que cada vez que sale el anuncio se jo...roba el tiempo je,je. ¡Pues no! nada más lejos de mi pensamiento.

Foto tomada de www.pasamesachina.blogspot.com

Con lo bonitas que tenían que ser esas primaveras románticas del siglo XIX, cuando nada más que había que preocuparse de que las oscuras golondrinas becquerianas volvieran a colgar sus nidos en los balcones. Pero llegó el siglo XX, con sus avances, sus adelantos, sus modernidades, sus guerras mundiales y frías, su desarrollo de los años 60 y su todo; y llegó la llamadita inalterable de nuestra Hacienda Pública que cada primavera, como aquellas bonitas golondrinas, llaman a nuestros balcones para recordarnos: ¡Nenes, espabilad que Hacienda somos todos! Siiii, todos menos algunos, ejem, ejem.

En mi casa que somos ciudadanitos de a pie, cívicos donde los haya, cada primavera nos preocupamos puntualmente de ponernos al corriente con el fisco, y en cuanto salta la liebre... digo la llamada de nuestra agencia tributaria, fieles a la cita nos ponemos manos a la obra. Bueno más bien me pongo yo manos a la obra, porque mi señor marido dice que como buena secretaria que he sido eso del papeleo se me da mejor a mí. ¡Ja! 

La verdad es que ahora con esto de la informática las cosas han cambiado para mejor, siempre y cuando no te fallen los ordenadores, que entonces ya te puedes echar a temblar. 

Inocente de mí, este año me dispongo a utilizar mi flamante ordenador recien compradito, y fiel a mis principios y responsabilidad entro en la página de la agencia dispuesta a ver el borrador de la declaración, tecleo todos los datos y al final me pone una condición, para seguir tengo que teclear el resultado de la casilla 415 de la declaración del año pasado.

Rauda y veloz me dispongo a buscar el pendrive correpondiente donde guardo todos los documentos personales y familiares y ¡DIOS! localizo todas las declaraciones de los años anteriores desde la del 2007, pero la puñetera declaración del 2013 no aparece por ningún sitio. Remuevo Roma con Santiago, busco y rebusco por todas las tarjetas de memoria y todos los pendrive de la casa. Al final encuentro uno donde creo que puede estar, básicamente porque es de color naranja y mi memoria de elefante me dice que cree recordar que precisamente lo guardé allí. Toda contenta e ilusionada introduzco el pendrive en la ranura correspondiente y... ¡cagüentoloquesemenea! el ordenador nuevo no me lee el cacharro. ¡Porca miseria! que dirían en italiano y yo lo dije en italiano, latín, arameo y todas las lenguas vivas y muertas habidas y por haber. Seguro que hasta lo dije en élfico.

Este problemón nos llevó a visitar mi querida Delegación de Hacienda y allí, tras horas de espera, nos dieron la solución: "Necesitáis la clave permanente". Un sistema nuevo con el que no necesitaréis más casillas 415 ni demás zarandajas, es tan fácil como entrar en la página web con esa clave y como arte de magia aparecerá el borrador, Pregunto a la "amable señora" que nos atendió que como funciona eso y sin mirarme siquiera a la cara se limita a repetir como un periquito que con esa clave no hay problema que mientra esté en vigencia el DNI de mi marido podremos acceder sin problemas a todos los temás administrativos que necesitemos, y que las instrucciones vienen en la hoja que nos ha dado, que en casa la lea y me enteraré.

En cuanto llegué a casa me puse manos a la obra y al leer la página me quedé igual que estaba, o sea, que no entendía "nothing of nothing" que diría una lady inglesa. Solo venían las instrucciones de como validar la clave y cambiarla por otra que te resultase más fácil de recordar, pero yo entraba y volvía a entrar en la página web de la Agencia Tributaria y ahí no veía nada de clave permanente.

Harta de  dejarme los ojos en la paginita de marras opto por llamar al número de información y tras esperar bastante tiempo y hablar con dos o tres máquinas, lo digo porque cambiaba la voz de una a otra, al final consigo que me pasen con un agente, bastante amable, ¡menos mal! que me dice que para Hacienda la clave permanente que me han dado en ¡SU DELEGACIÓN! no me sirve de nada, que eso solo vale para tramitar o consultar cosas de la Seguridad Social, que para poder solicitar el borrador de la declaración lo que necesito es una cl@ve PIN: "¿Y eso qué es lo que es?" Pregunto entre consternada, frustrada y ya un poco hasta las narices de que me tomen mi hermosa cabellera. Eso es ni más ni menos que una clave especial que te dan que te vale solo para veinticuatro horas.

Lo dicho, para estudiar idiomas y jurar hasta en suajili. Menos mal que el agente tan amable me dijo los pasos que tenía que hacer para pedir la cl@ve PIN esa de marras y que, afortunadamente, podía hacer desde mi ordenador y sin tener que volver a la delegación.

Bueno por fin entré en mi borrador y me encuentro con la sorpresa que no lo puedo confirmar porque los señores que vigilan nuestras cuentas han detectado que hemos recibido una subvención pública y hay que modificar y especificar que ha sido. Como un reloj, mi cabecita se pone a pensar hasta que le sale humo por la cabeza y no termino de hacerme a la idea de que puñetera subvención hemos recibido: subvenciones por la casa, nada; becas para mi hijo, ni hablar del peliquín... Y por más vueltas que le daba no conseguía localizar la puñetera subvención que los señores de hacienda habían visto. Hasta que mi hijo, que es mucho más listo que su madre, donde va a parar, me dijo: "¡Oye, mamá! ¿Lo de la subvención no será lo del plan PIVE del coche?". ¡Ostras! pues a lo mejor, Pero si de eso no ves un euro, solo ves el papel que te da el concesionario con el aviso de que los mil euros del plan te los descuentan del precio total del coche nuevo a cambio de entregar el viejo para el desguace.

Vuelta a llamar por teléfono a información y otro agente, no tan amable como el primero, me dice que sí, que es eso lo que tengo que poner en la casilla 266, justamente los mil euros del plan PIVE. Le digo que de eso lógicamente no hemos obtenido nada más que la rebaja del concesionario y que eso debería quedar reflejado en algún sitio porque esa casilla es general y no especifica nada; y me dice: "¡No importa, hay que ponerlo y eso de que la subvención fue íntegra para el descuento del coche ya lo sabe hacienda!". El tonito no me gustó un pelo, no entendí las formas cuando yo había sido de los más amable, además quien me dice a mí que lo sepan, en la casilla no ponía nada de que era el plan PIVE ni que el importe se había utilizado como parte del pago del auto. Y ¡que leche! si hacienda lo sabe todo ya podían haber puesto lo de mi mísera subvención y ahorrarme dos llamadas de teléfono. ¡Apabullante! se enteran de lo de mis mil ruines euros y no se enteran de que "otros" deben millones, para mear y no echar gota. Pero bueno así me quedo más tranquila, soy de las que siempre he dicho que es mejor que te deban a deber.

Ya con el borrador revisado me dispongo a confirmarlo y me vuelvo a hacer multilingüe cuando veo que para confirmarla no solo necesito una puñetera cl@ve PIN, necesito DOS, una para mi marido y la otra para mí, por ser cónyuge y hacerla conjunta. ¿Otra vez ir a Hacienda para solicitar otra clave permanente que luego no sirve para nada y volver a hacer toda la parafernalia de antes que me ha llevado prácticamente todo el día? Solo de pensarlo me entran sudores. Tiene que haber otra forma de confirmar sin necesidad de tanta historia para no dormir.

Vuelvo a llamar a información y me dicen que no, que no tengo más remedio que hacerlo así con los dos pin. Pero oiga, que creo recordar que en años anteriores lo he podido confirmar por teléfono. No se puede. ¿Como que no se puede? Si tengo el borrador con el número de referencia y con el número de justificante se podrá ¡digo yo! ¡Ah, bueno si tiene el número de justificante sí puede! Pero tiene que llamar a otro número.

Me dan el número y llamo, una... dos... tres... infinitas veces porque el télefono no deja de comunicar y por fin en el último minuto cuando ya iban a ser las 20:50, ese teléfono deja de funcionar a las 21:00, me salta el contestador y finalmente puedo confirmar mi declaración de la RENTA 2014 ¡Aleluya! El trabajito me ha costado redonditas doce horas, que si trabajase en una oficina o similar habría sido un jornalito y encima extra, porque doce horas ya se pasan un poco del horario laboral normal.

Ahora, como comprenderéis, he guardado la declaración de este año como si fuera un tesoro en todos los pendrives que he pillado, por si me falla alguno; porque visto lo visto y que los nuevos métodos cada vez son mas cómodos pero más liosos, las cosas o se hacen bien o más vale dejarlas como están, mejor tener a mano la dichosa casilla 415 que volver a liarla parda con tantas cl@ves PIN o PON de las narices.

Pero la satisfacción de tener la misión cumplida vale un Potosí. Estoy contenta y feliz, ahora ya puedo dedicar el resto de la primavera a preocuparme solo de si las negras golondrinas vendrán a colgar sus nidos en mi balcón. 

Foto tomada de www.mundopoesia.com

martes, 14 de abril de 2015

OTRA DE LEONES

Pues sí, que me gusta a mí más una buena historia misteriosa y mitólogíca que una mariscada; y como soy curiosa por naturaleza y me gusta bucear en el tiempo siempre que me entero de algunas cosillas interesantes me gusta compartirlas, y más si es algo que está en mi ciudad y las he visto desde mi más tierna infancia.

Foto tomada de Wikipedia
Los leones han sido siempre unos animales que me han atraído mucho (aunque mis animales favoritos son los delfines) pero creo que algo tienen que tener estos felinos para que estén representados en tantos y tantos monumenos españoles y extranjeros. No hay edificios o monumentos representativos en cualquier lugar en donde no aparezcan y eso debe de tener un por qué. Evidentemente el motivo de otros lugares no lo sé, me gustaría pero todos tenemos limitaciones y yo tengo muchas. Otra cosa es no entererarse de lo que tienes practicamente al lado de tu casa, eso ya más que limitación sería dejadez.

Desde muy pequeña siempre me he sentido atraída por uno de los monumentos más simbólicos de mi ciudad, recuerdo que con apenas tres añitos, cuando todavía decía las palabras a medias y mis padres me preguntaban donde quería ir de paseo, yo invariablemente siempre les decía lo mismo: "quiero ver a La Cibeles"; en fin llamadme obsesiva, aburrida, mujer de costumbres... pero la verdad es que me atraía el lugar y no me cansaba de admirar esa figura que domina el lugar más céntrico y atractivo de Madrid. Aún hoy, pasados los años me sigue gustando pasar por el lado de la fuente y seguir con la mirada la imponente escultura. Ni la mísmisima Fontana de Trevi con todo su maravilloso encanto y su hermosura monumental y estética la ha quitado del primer lugar de mis preferencias.

La figura de la diosa en su carro impone, pero jamás me dejaron indiferentes sus leones, entonces era obvio que no sabía la historia de estos dos protagonistas y hoy me gustaría compartirla, ya que de la fuente en sí, hablé otro día.

Los leones que tiran del carro de Cibeles representan a dos amantes griegos Hipómenes y Atalanta, y la historia de esta pareja es muy curiosa, seguro que muchos la habréis oído pero para los que no la sabéis o no la recordáis os la voy a contar.

"Atalanta e Hipómenes", obra píctórica de Guido Reni
(Museo del Prado)
Foto tomada de Wikipedia
Cuenta la mitología que Atalanta era una de las cazadoras que acompañaban a la diosa Artemisa (Diana, para los romanos). Según la versión de la historia era la mejor cazadora y la mejor velocista de todo el séquito de la hermana de Apolo. De hecho los mejores atletas griegos eran retados por ella cada año y siempre les ganó a todos. El reto consistía en que el joven que ganara la prueba obtendría la mano de Atalanta y se desposaría con ella.

Hipómenes, un joven atleta, se enamoró perdidamente de Atalanta y se presentó al reto. Tan enamorado estaba que pidió ayuda, como no, a la única diosa que podría ayudarle, Afrodita, la romanticona hija de Zeus, que anteponía el amor a cualquier cosa. Yo no digo que no fuese una diosa simpática, enamoradiza, incluso sería la diosa hippy de la época, pero la pobre donde metía la mano (voluntariosa eso no lo voy a poner en duda) siempre la liaba parda. Recordemos que también fue la responsable del rapto de Helena de Troya; ejem, ejem  vamos que eso de "haz el amor y no la guerra" la salía a la pobre al revés.

Bueno pues la bonachona de Afrodita que no podía ver sufrir a los enamorados le regaló a Hipómenes unas manzanas de oro para distraer a Atalanta y vencerla.

Durante la carrera Hipómenes iba soltando las manzanas de oro estratégicamente para distraer a Atalanta que, mientras se paraba a recoger las manzanas, perdía tiempo; mientras el avispado Hipómenes ganaba terreno consiguiendo llegar a la meta el primero, ganando así, con esta treta, a la invencible Atalanta.

Cumpliendo la promesa los jóvenes desposados se unieron en el templo de la diosa Cibeles que, sabiendo el engaño y la trampa de Hipómenes, se enojó tanto con ellos que acudió rauda a quejarse ante Zeus, dios omnipotente y vengador donde los haya, que para mitigar la ira de la diosa convirtió a los jóvenes amantes en leones y les condenó a tirar eternamente del carro de nuestra diosa favorita.

Pero... aquí, como en toda historia que se precie viene la controversia, o el debate, o la duda, o como queramos llamarlo. Si según nos cuenta la mitología Hipómenes y Atalanta eran chico y chica ¿Por qué en la escultura de la fuente aparecen como dos leones macho? ¿No tendría que tener uno melena y la otra figura no? ¿Eran tan ignorantes los escultores del siglo de las luces que no sabían diferenciar un león de una leona? De acuerdo, que entonces los safaris a África no eran una atracción turística como ahora, pero dudo mucho que su grado de ignorancia o incultura fuera tan grande. Muy por el contrario me atrevería a decir que la gente dedicada al arte era mucho más culta, estaba mucho más preparada y sabián muchas más cosas que el común de los mortales.

Entonces ¿Qué pasó? ¿Tanto se despistó Roberto Michel, el escultor francés que se ocupó de la talla de los leones, y que tantas obras maestras realizó en monumentos de nuestra ciudad? ¿Simplemente se ocupó de realizar el tallado tal y como se representaba en los bocetos originales de Ventura Rodriguez, el que ideó y planificó el diseño total de la obra escultórica?

Dicen algunas malas lenguas o estudiosos recientes del tema, que no yo; que cabe pensar en otra posibilidad. Todos sabemos, eso si que lo sabemos, que los griegos de la antiguedad crearon una sociedad muy libre, demasiado libre incluso para nuestra época actuale. Como creadores de la democracia como sistema político la desarrollaron y fue la democracia más pura de todos los tiempos. Los griegos antiguos poseían el don que todo humano ha buscado desde la noche de los tiempos: la auténtica la libertad de hacer cada uno con su vida y su cuerpo lo que le diera la gana, por eso en la antiguedad clásica no estaba mal vista la homosexualidad, ellos practicaban el amor libre y sin trabas de sexo. Y eso lo sabemos por las historias de los grandes personajes griegos, Socrátes, Platón, la poetisa Safo... Para ellos era natural e incluso sus dioses hacían patente lo mismo que sus hijos mortales. Por eso mismo hay quien piensa que realmente no sería extraño para el clasicismo griego que Atalanta e Hipómenes fueran dos hombres, que Roberto Michel, como artista supiera la historia y quisiera representarla de esta forma, ¿despiste o simplemente miedo a lo que pudiera pasarle si declaraba lo que él pensaba o creía? No olvidemos que en aquella época y por muy liberal que fuese el reinado de Carlos III aún pululaba la sombra inquisitorial.

Sabemos que tras épocas de grandes avances y libertades vienen las épocas de oscuridades y sombras, a esa libertad y forma de vida de la época clásica donde no había límites para nada, ni siquiera para el pensamiento (de ahí que aún muchas cosas que se estudían ahora estén basadas en los grandes pensadores, matématicos, etc, de la antigua Grecia). Todo eso se perdió con la Edad Media, las inquisiciones, la falsa moralidad, las mentalidades cerradas que no dejaron avanzar en siglos y sumieron a la humanidad de nuevo en la ignorancia y la brutalidad atentando contra la propia dignidad. Nos ha costado mucho recuperarnos de aquel bache, y desde luego no se ha llegado todavía a aquel grado de mentalidad abierta de los tiempos antiguos, donde se miraba a la gente por su valía, donde cada cual tenía la libertad de elegir su camino y hacer, como se dice vulgarmente, de su capa un sayo. Y dudo que alguna vez consigamos volver a eso, visto lo visto, y como se está desarrollando todo, cada vez tengo más claro que desde luego  los antecesores de Torquemada and Cia, y sus descendientes y aprendices,  hicieron  un trabajo laborioso y a conciencia, un trabajo que ha conseguido perdurar durante más de seiscientos años. Realmente lo hicieron muy bien, demasiado bien.

Esta es la historia de mis queridos leones de la Cibeles, su realidad, la que queramos pensar, imaginar, especular o creer. Cada uno es libre de interpretar lo que ve, y más cuando los que lo hicieron no están aquí para darnos las explicaciones necesarias, si quisieran darlas, claro. El caso es que con despistes o sin ellos, ahora podemos disfrutar de una de las fuentes más bellas de todo el mundo mundial, por lo menos para mí. Hasta otro día amigos, os dejo con esta bella imagen de mi fuente favorita. 


Foto tomada de www.periodistadigital.com

jueves, 19 de marzo de 2015

LOS EDIFICIOS Y SUS CHISMES

Antigu Monasterio del Espíritu Santo
Foto tomada de Wikipedia
La verdad es que a la hora de escribir este post me tengo que pensar muy bien si le meto en mirada a la historia o en curiosidades, porque la verdad es que en cualquiera de esas categorías iría bien. Pero creo que al final me decantaré por curiosidades que hace tiempo que no meto nada nuevo.

Pues bien, es bueno saber que nuestro edificio del Congreso de los Diputados se asienta en el solar de lo que fue el Monasterio del Espíritu Santo, que se quemó en un incendio durante los primeros años del siglo XIX. Más tarde en 1834, cuando los liberales y progresistas llegaron a formar parte de las fuerzas políticas de nuestro país, sus miembros decidieron celebrar sus reuniones en la iglesia del viejo convento en ruinas. 

Mas tarde al asumir el poder el partido progresista se decidió que el lugar idóneo para que tuviese su asentamiento el Palacio de las Cortes sería el lugar que ocupaban esas ruinas y esa iglesia que les había servido para sus primeros debates. Así se comenzó a idear la construcción de lo que conocemos hoy como Congreso de los Diputados, situado entre las calles Zorrilla y el Carrera de San Jerónimo.

El proyecto quedó a cargo del arquitecto Narciso Pascual Colomer, iniciándose en el año 1843 y finalizando la obra en 1850, cuando fue inaugurado por la reina Isabel II. Como curiosidad hay que saber que durante los años que duró la obra los diputados se tuvieron que reunir en el salón de baile del Teatro Real, curioso lugar para una reunión política, pero visto lo visto je,je,je.

La fachada del edificio que da a la Carrera de San Jerónimo es una edificación elegante de estilo neoclásico con una gran escalinata, el pórtico surcado por seis columnas de estilo corintio que sustentan un frontón triangular con un bajorelieve que simboliza España bajo la Constitución y los principales valores que esta debe garantizar. Este bajorelieve es también obra del mismo escultor que realizó los leones. 

Pero quizás lo que más nos llama la atención y lo que más nos gusta tanto a los visitantes como a los propios madrileños son las dos figuras que custodían la entrada, los dos leones de las Cortes, conocidos popularmente por los nombres de Daoiz y Velarde como homenaje a los héroes del dos de mayo madrileño, los dos militares que, desacatando las órdenes de sus superiores se pusieron de parte del pueblo de Madrid y lucharon codo a codo con chisperos, modistas, aguadores, calesoros y demás miembros del pueblo llano contra la invasión napoleónica.

Daoiz y Velarde fueron obra del escultor Ponciano Ponzano y curiosamente el bronce de estas esculturas salió de la fundición de los cañones capturados al enemigo durante la guerra de África en 1860.

Y aquí viene la curiosidad, durante una limpieza que se realizó a las figuras en 1980, se dieron cuenta y saltó a las noticias que al león conocido como Daoiz le faltan los atributos masculinos, y aquí surgió el debate. ¿Olvido del escultor? ¿Falta de material? (esto me parece menos probable, porque un trocito de bronce se podía haber sacado de cualquier lado, vamos que nadie iba a saber si era de los cañones o no), ¿otras razones? Pues como el autor de la obra ya no está aquí para decirlo, y en su época a nadie se le ocurrió mirar los bajos al leoncito nos quedaremos con esa duda. En fin, misterios de la Historia, ¿Despiste o había alguna otra razón posible y oculta como en el caso de sus primos los leones de la Cibeles? Pero bueno de los leones de la Diosa ya nos ocuparemos otro día que también tienen lo suyo.

De momento nos quedaremos con la curiosidad de Daoiz y Velarde que, la verdad, tiene su miga ¿No es algo realmente simbólico que el edificio se asiente en el primer lugar que olió a aires de cambio y libertad con respecto a la monarquía rancia y absolutista que había guiado nuestros destinos hasta entonces? 

Os dejo un relato que escribí hace algún tiempo en mi blog del Papiro sobre los dos custodios de nuestro Congreso, espero que os guste.

martes, 17 de marzo de 2015

VERGÜENZAS HISTÓRICAS

Foto tomada de www.celtoslavica.de

Tenemos muchas, demasiadas en la Historia y desde que el mundo es mundo se han cometido genocidios y matanzas debidas a diversas causas: raciales, sociales, económicas, religiosas... Aunque yo creo que el fondo es el mismo; tras una serie de ideas encubiertas o, solapadas con una buena dosis de fervor patrio, religioso etc., siempre ha habido el mismo interés. El interes del urto, de quedarnos con algo ajeno y, sobre todo el miedo ante lo desconocido; ante algo que nadie conoce pero que tiene una fuerza inmensa para captar a grupos de gente, lo que puede llevar a quitar el poder a quien lo tiene. En definitiva, ambición, poder; poder y ambición; lo mismo de siempre.

Ayer se cumplieron muchos años, demasiados para contarlos, de otro de esos hechos vergonzosos por los que tendríamos que sonrojarnos hasta la raiz del pelo. Un 16 de marzo de 1244, un día, no sabemos si lluvioso, ventoso o tan soleado como hoy un grupo de personas fueron inmoladas por tener ideas distintas y practicar la religión a su manera.

Me refiero a los cátaros, un grupo religioso completamente pacífico, pero separado de las doctrinas de la Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Roma. No, los cátaros vivían la religión a su manera, eran unos místicos que creían en una religión pura y en que las almas podían entran en contacto directo con Dios desde el recogimiento y una vida frugal y virtuosa alejada de los excesos, que por aquella época, representaba la iglesia oficial. De hecho ellos no iban a las iglesias convencionales y su culto lo solía dirigir el más anciano de su comunidad. Y su jerarquía era sencilla: aprendices, maestros y grandes maestros.

Los cátaros rechazaban muchas de las creencias de la poderosa Iglesia Católica, no admitían el Antiguo Testamento, y del Nuevo, si bien creían en Jesucristo, rechazaban que este hubiera venido al mundo para redimir al hombre de sus pecados. Ellos creían que el sólo pretendía dejar una guía de actuación para que los humanos pudieran seguir su camino. Los cátaros rechazaban cualquier bien material y se centraban en la pureza del alma a través de sus acciones y de la luz de la pureza. Otra de sus particularidades fue que no hacían distinción entre hombres y mujeres, ya que éstas también podían alcanzar el rango de maestras o grandes maestras al igual que cualquier hombre; algo novedoso y peligroso para los garantes de las tradiciones. ¿Una mujer con el mismo poder de un hombre? ¡Ja! eso no podía ser sano.

Los cátaros se extendieron con facilidad por varios países, pero llegado el momento, fueron considerados peligrosos herejes y, por lo tanto, había que eliminarlos. Esto produjo un éxodo que les llevó a instalarse en Montsegur bajo la protección de los señores feudales del Languedoc —lo que hoy en día es el sur de Francia— (los Condes de Tolosa, los Condes de Foix, los Condes de Cominges, los Vizcondes de Carcasona e incluso la Corona de Aragón) que les dio cobijo y protección. (Recordemos que el Languedoc en aquella época tenía independencia de Francia y en todo caso algunos nobles, como los condes de Tolosa, rendían vasallaje al rey de Aragón) También hay que recordar que desde tiempos anteriores los nobles feudales del sur de Francia eran grandes defensores de la cultura, el arte y, todo lo novedoso fue siempre bien recibido, haciendo que sus habitantes fueran gentes mucho más abiertas y tolerantes. 

Pero el poder del rey de Francia se unió al del Papa y eso es mucho poder. Todos cerraron bandos contra los del sur y los cátaros y con el pretéxto de una guerra santa contra la herejía (lo que se conoció como la Cruzada Albigense) se produjo otra de las grandes vergüenzas históricas. Montsegur fue sitiado, y las constantes batallas debilitaron en demasía a los nobles del Languedoc, que finalmente, tuvieron que rendirse a los franceses. Los cátaros se vieron abandonados y no les quedó más remedio entregar la fortaleza, que durante un largo período de tiempo había sido inexpugnable.

Por supuesto que la iglesia les dió la oportunidad de retractarse de sus pecados para librarse de la hoguera, pero ellos prefirieron la muerte antes que dejar sus creencias. Ellos pensaban y sí que creían fervientemente que tras la muerte había otra vida mejor. Hombres, mujeres y niños fueron inmolados tras cánticos místicos y gloriosos, alabando a Dios y perdonando a sus ejecutores, voluntariamente, pacíficamente y sin oponer resistencia uno a uno se fueron entregando al fuego. Según textos que he leído, todos los que presenciaron esta escena sufrieron escalofríos.

¿Realmente el crimen realizado contra los cátaros fue simplemente por un tema religioso? Personalemente soy de la misma opinión que muchos estudiosos. Opino que esta lucha contra los cátaros fue una excusa del rey francés para hacerse con ese territorio del sur, y arrebar parte del vasallaje a la Corona de Aragón. algo que soñaban con hacer desde hacía tiempo. Evidentemente lo de la lucha contra los cátaros fue la excusa perfecta. Por otra parte, la iglesia andaba tras los pasos del llamado tesoro cátaro, algo de lo que se había corrido la voz y que probablemente, aunque muchos lo creyeran, no tenía nada que ver con lo material; ya que esto era algo que los cátaros rechazaban de plano.

Vamos que realmente la religión, poco o nada tiene que ver con estos temas, una vez más es el ansía de expansión, poder y riqueza  lo que mueve a la mano que mece la cuna.

jueves, 12 de marzo de 2015

UNA CIUDAD EN EL TIEMPO (Complutum vs Alcalá de Henares)


Hace unos días os hablaba de la Universidad de Alcalá de Henares, La Complutense debido a que fue el aniversario de su fundación. Bien, si es la Universidad la que llena prácticamente el espacio de esta ciudad madrileña, no está de más visitar y pasear por su centro histórico.

Alcalá es una ciudad enclavada en la zona este de la Comunidad de Madrid, muy próxima a Guadalajara capital y a tan solo  33,8 km del centro de Madrid. Su acceso es muy fácil ya que está pegando a una de las autovías más transitadas, la A-2 o, como vulgarmente la conocemos en Madrid, Carretera de Barcelona, con lo cual al no tener que acceder por carreteras comarcales ahorra muchos quebraderos de cabeza, pérdidas innecesarias en cruces de caminos y al ser todo el camino por la autovía se puede llegar en tiempo record: desde la la Puerta del Sol apenas tardaríamos 36 minutos.

Alcalá sin duda, a pesar de que tiene su parte moderna, su notable polígono industrial y además cuenta con un centro comercial grandísimo; no ha perdido el sabor de su antiguedad, ya que es una de las ciudades más antiguas de nuestra comunidad. La Complutum romana (de ahí lo de Complutense) sigue conservando edificios muy antiguos, iglesias de hace siglos, su calle principal sigue conservando sus soportales en ambas aceras, sus ruinas romanas y hasta restos de su muralla (muy bien corservados, por cierto, en algunos lugares del casco antiguo). 

También, como no, tiene un monasterio enclavado junto a la casa, que dicen que fue donde nació uno de los representantes más insignes de nuestras letras, Miguel de Cervantes, que ahora alberga un museo. (Aunque hay quien dice que realmente Cervantes nació en Álcazar de San Juan, y que fue bautizado ahí). Imagino que los estudiosos del creador de Don Quijote tendrán mucho que investigar en este terreno y, de momento, no hay nada rotundo en estas afirmaciones.

De momento disfrutemos de Alcalá y sus encantos, incluída la casa de Cervantes, y dejemos esos temas más controvertidos para los expertos. ¡Ah! cuando visitéis la insigne ciudad no dejéis pasar de largo un banco muy curioso junto a la casa y aprovechad para llevaros un bonito souvenir y gratis. ¿A quién no le gustaría aparecer en una foto junto a dos de los mayores represantantes de nuestra literatura?

Aprovechando el fin de semana siempre es bueno tener un lugar donde hacer una escapadita por los alrededores de nuestros lugares de residencia y Alcalá es una de esas escapadas que no se puede desaprovechar, por su Historia, sus monumentos y por su gastronomía. Para quien no la conozca será una auténtica gozada pasear por sus calles y para quien ya la haya visitado en otras ocasiones, no os preocupéis, siempre tendréis la satisfacción de encontrar algo nuevo.

Las fotos del vídeo se corresponden con uno de los eventos más importantes de Alcalá, el mercadillo medieval, (uno de los más grandes de Europa) que se celebra durante "La Semana Cervantina", la semana del 16 de octubre para conmemorar el nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, un autentíco espéctaculo que no os podéis perder, porque está lleno de sorpresas.

NOTA: El vídeo lleva música, así que si queréis oirlo podéis quitar la música de la barra o bien silenciar el vídeo lo que prefiráis.