viernes, 30 de enero de 2015

¡ENFRENTAMIENTO! ¡ENFRENTAMIENTO!


Esas son las palabras que tanto les gusta corear en Sálvame y, efectivamente, como aquí nos gusta más una buena trifulca que un cocido madrileño; nos sacamos de la manga, por no se cuantas veces ya, un programita para tener lo que tanto nos gusta a todos.

Una receta muy sencilla y en tres pasos:

1.  Se reúne un grupo de personas famosas y no por sus dotes con la canción, la interpretación, o cualquier otro tipo de rama artística o televisiva, básicamente en su mayoría por haber aireado sus vidas o las ajenas.

2.  Se les mete en una casa en plena sierra madrileña. Eso sí, completamente aislados del mundo exterior: sin teléfonos, sin radio, sin televisión. O sea que los pobres ni siquiera van a saber nada de su familia, salvo alguna pequeña conexión en diferido de pascuas a higos y si los jefes lo creen necesario, pero eso sí, rodeados de cámaras por todos lados y atendiendo a las directrices que les da un señor con la voz distorsionada al que llaman "Súper". ¡Que guay! ¿A qué sí?

3.  Y ahora a convivir como puedan y como quieran a pesar de que la organización ya se ha preocupado y ocupado de que algunos de ellos tengan rencillas personales. 

Ya tenemos el caldo en el puchero y cociendo en plena ebullición, bueno no, mejor dicho, a fuego lento. Pero todavía falta el perejil, ese perejil que es imprescindible en todas las salsas, y metemos en el guiso a la mismísima "Princesa del pueblo", visceral como ella sola, emocional, de una ingenuidad aplastante, sin picardía, manejable y además con una dependencia emocional muy importante; pero con sus gritos, sus salidas de tono, su tozudez, etc. Y me la encierran con una señora que es todo lo contrario: fría, calculadora, estratega, inteligente y muy poco expresiva. Además, para más inri son enemigas encontradas de antes de entrar en la casita, ¿de chocolate? 

Y surgió lo que tenía que surgir, y seguramente se esperaba. Las dos se enzarzaron en una pelea de veinticuatro horas, y como no, televisada para las delicias de los tele-espectadores. Solo las faltó tirarse de los pelos. Se dijeron de todo menos bonitas, y es que ambas han tenido mucho que contar.

Lógicamente el público se tiene que inclinar por una de las dos. Tengo que confesar que nunca he sido seguidora de Belén Esteban, incluso hace no tanto tiempo, le tenía cierta inquina, hasta que recapacité y me dí cuenta que realmente ella no tiene la culpa de ser como es, ni de haber sido durante muchos años elevada a los altares. Ella es simplemente un producto televisivo, y como tal, la han formado, dirigido y contabilizado en su  vida profesional.

No me ha  gustado lo que he visto estos días. No me ha gustado esa manera de cargar contra ella simplemente porque ha patinado en un concurso donde es muy fácil pegar un resbalón, sobre todo, para personas tan excesivas tanto en sus filias como en sus fobias. Estos días hemos tenido que escuchar en todos los programas de la cadena y en boca de todos y cada uno de los tertulianos, colaboradores, incluso de algunos de sus propios compañeros, descalificaciones muy duras. Ahora la princesa es: barrio bajera, cutre, ordinaria, deslenguada, verdulera y, ¡pásmate! inculta; incluso en su programa hasta escuché que era inaudito e imperdonable que una persona que trabaja en televisión no supiera escribir sin faltas de ortografía porque preguntaba a sus compañeros de concurso como se escribían determinadas palabras. ¡Pero si ha escrito un libro! Si hace unos meses era el top-ventas de España. ¿En serio? Pero si eso ya lo sabíamos todos, y lo curioso es que lo dicen como si fueran Rodrigo de Triana señalando la tierra y descubriendo América en pleno siglo XXI. Y los que trabajan con ella a diario y desde hace tantos años se rasgan las vestiduras, cuando eso era más que palpable para los que solo la hemos visto a través de la pantalla. 

Me parece inaudito que gente que ha trabajado codo a codo con ella durante tantos años no viera antes estas cosas. Ahora por chocar con la señora Olvido Hormigos es lo peor de lo peor, mal educada, consentida y ahora se dan cuenta que no hay que darle siempre la razón.

Por otro lado su enemiga, que tengo que reconocer que lo ha hecho muy bien, va haciéndose la víctima en el debate y poniéndose muy digna y aprovechando el momento para atacar a la Esteban, cuando realmente, otros en la casita de campo, la han dicho barbaridades mucho más gordas que Belén.

Ahora no quiere escuchar cosas que la hieren y hacen daño a su familia y es que desde aquel vídeo famoso que se filtró, mal hecho, no se debe jugar con la vida privada de las personas, y que la hizo pasar un mal trago del que salió no excesivamente mal parada; incluso creo recordar que se la dio la razón, al menos socialmente, todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, en definitiva, la defendía. Quizás, y digo quizás porque esto es una mera suposición, si este episodio se hubiese dejado correr ahora, probablemente, Olvido Hormigos podría haber encauzado su vida laboral y habría podido seguir con ese trabajo por el que tanto suspira. Porque lo cierto es que los españoles tenemos dos defectillos: somos cotorros y chismosos, pero tenemos otra virtud para compensar: somos bastante frágiles de memoria y ante otra escandalera, Olvido hubiese pasado justamente al olvido.

Pero, ¡oh!, con tan mala suerte se ha visto envuelta en varias situaciones comprometidas. Pero no puede olvidar que gracias a la carnaza que han hecho los medios de esto, ella sigue trabajando en programas que la reportan un beneficio. ¿Qué la gente critica? Lógico, es el juego de la fama, lamentablemente vivimos en una sociedad en la que aún este tipo de cosas chocan, no debía ser así, pero no podemos pasar por alto que si esta forma de vida se viera normal, no daría juego televisivo, imagino que la vida corriente y moliente de cualquier ciudadanito de a pie poco o nada rentable sería para las productoras y las cadenas. Por eso yo lo único que critico de esta señora es ese aire de victimismo y ese afán por cargar con las culpas a otros, que yo sepa los periodistas, reporteros, redactores, fotógrafos y paparazzis también tienen bocas que alimentar. Cierto es que ya ha salido varias veces en los platós llorosa y cargando las tintas sobre ella, pero no sé porque siempre queda esa sensación de que su defensa es el ataque con el mismo fervor con que a ella la critican.

Y luego dicen que estos programas son basura, yo que nunca he sido partidaria y jamás he visto este reality, tengo que reconocer que tiene su puntito educativo, seguro que a Freud le encantaría y desde luego los psicólogos y sociólogos deberían engancharse al 24 horas, porque menudo estudio práctico podrían hacer. ¿No dicen que todos somos incapaces de saber realmente la capacidad de aguante que tenemos hasta que no nos vemos arrastrados a una situación límite? 

Ahora tengo una curiosidad que me corroe: ¿será capaz de recuperar Belén su corona? ¿Seguirá manteniendo su título de princesa o se quedará ya con el cartel de bruja? Y lo más importante: ¿cómo reaccionará a las críticas? La verdad es que ahora que la veo actuar con más atención que hace unos años, ya que antes pasaba muy mucho de ella y su historia, creo que de todos los personajes televisivos quizá sea la más real, la menos complicada y desde luego, la que menos finge una pose, por eso deseo que cuando todo acabe las aguas vuelvan a su cauce y no sea demasiado doloroso para ella encontrarse con estas opiniones tan duras.

Y ahora para compensar el título de la entrada me voy a despedir con algo mucho más agradable con el saludo de ese rey que nos amenizaba tantas tardes infantiles: ¡Siiiiiii! El maravilloso, el único Porky, Porky nuestro rey favorito... Y como él os digo que por hoy, esto es to... esto es to... esto es todo amigos. 

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