jueves, 26 de febrero de 2015

UNA CIUDAD EN TORNO A UNA UNIVERSIDAD


Estoy comprobando que febrero; mi mes favorito, no tiene nada que ver que yo naciese en este mes con fama de alocado, pasaron muchas cosas interesantes.

Hoy tengo un nuevo aniversario que comentar, tal día como hoy; un 26 de febrero de 1499 fue inaugurada por el cardenal Cisneros, la Universidad Complutense de Alcalá de Henares. 

Esta universidad fue una de las más importantes del Siglo de Oro español; llegando a ser, junto a la de Salamanca, de las universidades de mayor prestigio de Europa. En ella se formaron hombres muy importantes de las letras y de otras especialidades tan conocidos como Pedro Calderón de la Barca o Ignacio de Loyola, incluso Mazarino visitó sus aulas. Pero voy a destacar a mi favorito, Francisco de Quevedo y Villegas, y menciono a mi idolatrado Quevedo porque este talentoso personaje dejó su huella tanto en el recinto de la universidad, como en la ciudad. Aún se conserva una puerta con una de su frases míticas y no hay guía de Alcalá que no se precie y cuente la historia de la frasecita de marras a los turistas. Por si acaso la voy a contar yo:

"Cuentan que Quevedo en su mocedad ya era un muchacho un tanto rebelde y juerguista, amante de las tabernas y de la alegría para el cuerpo. Lógicamente la ingesta de tanto líquido le producía la necesidad perentoria de expulsarlo antes de llegar a su alojamiento, y tenía la costumbre de "regar" siempre la misma puerta.

El vecino, cansado de la travesura del mozo, un día harto de encontrarse la meadita diaria dibujó una cruz en el portalón de su vivienda junto a una frase que decía: "Donde hay cruces no se mea".

A la mañana siguiente el paciente alcalaíno se encontró el mismo regalito en la puerta con otra frase bajo la suya que rezaba: "Donde se mea no se ponen cruces".

Sin duda nuestro insigne autor ya se las gastaba finas, en lo que a ingenio e ironía se refiere en sus primeros años juveniles.

Volviendo a la universidad hay que decir que La Complutense pasó por diversas etapas, vivió el mayor esplendor, pero también tuvo épocas difíciles donde cayó en picado. Incluso llegó a perder su categoría al llegar a formar parte, como una mera filial menor, de la Universidad de Madrid (la situada en el barrio de Moncloa) que pasó a llevar el nombre de Complutense. Cuando en realidad, ese nombre debería ser patrimonio de la de Alcalá ya que, complutense viene de la palabra latina "Complutum" que era el nombre que los romanos dieron a esta ciudad que ellos mismos fundaron.

Hoy en día la Universidad de Alcalá ha recuperado su entidad como edificio docente y es uno de los monumentos más emblemáticos de España, siendo uno de los edificios más imponentes  de la arquitectura  llamada "arquitectura cisneriana del renacimiento o gótico cisneriano" una tendencia muy cercana al plateresco. 

El 2 de diciembre de 1998 la UNESCO declaró la Universidad de Alcalá y el recinto histórico de la ciudad patrimonio de la Humanidad.

Así que esta preciosa localidad madrileña, cuna de Cervantes, situada al este de Madrid y muy cercana a Guadalajara capital merece un capítulo a parte en el apartado de viajes, otro día lo desarrollaré. ¡Uy! creo que en el tema viajes se me está acumulando el trabajo.

Hoy, que corren malos tiempos tanto para la enseñanza como para la educación. Los recortes y las subidas de tasas están impidiendo que muchos jóvenes accedan a la educación universitaria o tengan que abandonar las carreras a medias debido a la escasez económica, quiero más que nunca resaltar el hecho de que un edificio bonito, un tesoro que forma parte del patrimonio humano no merece que sus aulas se queden apagadas y vacías por un sistema que premia solo los bolsillos, que no tiene en cuenta la valía académica de los que llegan a ella y donde cada vez, se impone más la fuerza del dinero. No a tantas piedras en el camino que están poniendo a la educación.

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