miércoles, 15 de abril de 2015

YA LLEGÓ LA PRIMAVERA A... LA DELEGACIÓN DE HACIENDA

Juas, juas, os he pillado malandrines, seguro que pensabáis que donde había llegado la primavera era a esos grandes almacenes que todos conocemos y que cada vez que sale el anuncio se jo...roba el tiempo je,je. ¡Pues no! nada más lejos de mi pensamiento.

Foto tomada de www.pasamesachina.blogspot.com

Con lo bonitas que tenían que ser esas primaveras románticas del siglo XIX, cuando nada más que había que preocuparse de que las oscuras golondrinas becquerianas volvieran a colgar sus nidos en los balcones. Pero llegó el siglo XX, con sus avances, sus adelantos, sus modernidades, sus guerras mundiales y frías, su desarrollo de los años 60 y su todo; y llegó la llamadita inalterable de nuestra Hacienda Pública que cada primavera, como aquellas bonitas golondrinas, llaman a nuestros balcones para recordarnos: ¡Nenes, espabilad que Hacienda somos todos! Siiii, todos menos algunos, ejem, ejem.

En mi casa que somos ciudadanitos de a pie, cívicos donde los haya, cada primavera nos preocupamos puntualmente de ponernos al corriente con el fisco, y en cuanto salta la liebre... digo la llamada de nuestra agencia tributaria, fieles a la cita nos ponemos manos a la obra. Bueno más bien me pongo yo manos a la obra, porque mi señor marido dice que como buena secretaria que he sido eso del papeleo se me da mejor a mí. ¡Ja! 

La verdad es que ahora con esto de la informática las cosas han cambiado para mejor, siempre y cuando no te fallen los ordenadores, que entonces ya te puedes echar a temblar. 

Inocente de mí, este año me dispongo a utilizar mi flamante ordenador recien compradito, y fiel a mis principios y responsabilidad entro en la página de la agencia dispuesta a ver el borrador de la declaración, tecleo todos los datos y al final me pone una condición, para seguir tengo que teclear el resultado de la casilla 415 de la declaración del año pasado.

Rauda y veloz me dispongo a buscar el pendrive correpondiente donde guardo todos los documentos personales y familiares y ¡DIOS! localizo todas las declaraciones de los años anteriores desde la del 2007, pero la puñetera declaración del 2013 no aparece por ningún sitio. Remuevo Roma con Santiago, busco y rebusco por todas las tarjetas de memoria y todos los pendrive de la casa. Al final encuentro uno donde creo que puede estar, básicamente porque es de color naranja y mi memoria de elefante me dice que cree recordar que precisamente lo guardé allí. Toda contenta e ilusionada introduzco el pendrive en la ranura correspondiente y... ¡cagüentoloquesemenea! el ordenador nuevo no me lee el cacharro. ¡Porca miseria! que dirían en italiano y yo lo dije en italiano, latín, arameo y todas las lenguas vivas y muertas habidas y por haber. Seguro que hasta lo dije en élfico.

Este problemón nos llevó a visitar mi querida Delegación de Hacienda y allí, tras horas de espera, nos dieron la solución: "Necesitáis la clave permanente". Un sistema nuevo con el que no necesitaréis más casillas 415 ni demás zarandajas, es tan fácil como entrar en la página web con esa clave y como arte de magia aparecerá el borrador, Pregunto a la "amable señora" que nos atendió que como funciona eso y sin mirarme siquiera a la cara se limita a repetir como un periquito que con esa clave no hay problema que mientra esté en vigencia el DNI de mi marido podremos acceder sin problemas a todos los temás administrativos que necesitemos, y que las instrucciones vienen en la hoja que nos ha dado, que en casa la lea y me enteraré.

En cuanto llegué a casa me puse manos a la obra y al leer la página me quedé igual que estaba, o sea, que no entendía "nothing of nothing" que diría una lady inglesa. Solo venían las instrucciones de como validar la clave y cambiarla por otra que te resultase más fácil de recordar, pero yo entraba y volvía a entrar en la página web de la Agencia Tributaria y ahí no veía nada de clave permanente.

Harta de  dejarme los ojos en la paginita de marras opto por llamar al número de información y tras esperar bastante tiempo y hablar con dos o tres máquinas, lo digo porque cambiaba la voz de una a otra, al final consigo que me pasen con un agente, bastante amable, ¡menos mal! que me dice que para Hacienda la clave permanente que me han dado en ¡SU DELEGACIÓN! no me sirve de nada, que eso solo vale para tramitar o consultar cosas de la Seguridad Social, que para poder solicitar el borrador de la declaración lo que necesito es una cl@ve PIN: "¿Y eso qué es lo que es?" Pregunto entre consternada, frustrada y ya un poco hasta las narices de que me tomen mi hermosa cabellera. Eso es ni más ni menos que una clave especial que te dan que te vale solo para veinticuatro horas.

Lo dicho, para estudiar idiomas y jurar hasta en suajili. Menos mal que el agente tan amable me dijo los pasos que tenía que hacer para pedir la cl@ve PIN esa de marras y que, afortunadamente, podía hacer desde mi ordenador y sin tener que volver a la delegación.

Bueno por fin entré en mi borrador y me encuentro con la sorpresa que no lo puedo confirmar porque los señores que vigilan nuestras cuentas han detectado que hemos recibido una subvención pública y hay que modificar y especificar que ha sido. Como un reloj, mi cabecita se pone a pensar hasta que le sale humo por la cabeza y no termino de hacerme a la idea de que puñetera subvención hemos recibido: subvenciones por la casa, nada; becas para mi hijo, ni hablar del peliquín... Y por más vueltas que le daba no conseguía localizar la puñetera subvención que los señores de hacienda habían visto. Hasta que mi hijo, que es mucho más listo que su madre, donde va a parar, me dijo: "¡Oye, mamá! ¿Lo de la subvención no será lo del plan PIVE del coche?". ¡Ostras! pues a lo mejor, Pero si de eso no ves un euro, solo ves el papel que te da el concesionario con el aviso de que los mil euros del plan te los descuentan del precio total del coche nuevo a cambio de entregar el viejo para el desguace.

Vuelta a llamar por teléfono a información y otro agente, no tan amable como el primero, me dice que sí, que es eso lo que tengo que poner en la casilla 266, justamente los mil euros del plan PIVE. Le digo que de eso lógicamente no hemos obtenido nada más que la rebaja del concesionario y que eso debería quedar reflejado en algún sitio porque esa casilla es general y no especifica nada; y me dice: "¡No importa, hay que ponerlo y eso de que la subvención fue íntegra para el descuento del coche ya lo sabe hacienda!". El tonito no me gustó un pelo, no entendí las formas cuando yo había sido de los más amable, además quien me dice a mí que lo sepan, en la casilla no ponía nada de que era el plan PIVE ni que el importe se había utilizado como parte del pago del auto. Y ¡que leche! si hacienda lo sabe todo ya podían haber puesto lo de mi mísera subvención y ahorrarme dos llamadas de teléfono. ¡Apabullante! se enteran de lo de mis mil ruines euros y no se enteran de que "otros" deben millones, para mear y no echar gota. Pero bueno así me quedo más tranquila, soy de las que siempre he dicho que es mejor que te deban a deber.

Ya con el borrador revisado me dispongo a confirmarlo y me vuelvo a hacer multilingüe cuando veo que para confirmarla no solo necesito una puñetera cl@ve PIN, necesito DOS, una para mi marido y la otra para mí, por ser cónyuge y hacerla conjunta. ¿Otra vez ir a Hacienda para solicitar otra clave permanente que luego no sirve para nada y volver a hacer toda la parafernalia de antes que me ha llevado prácticamente todo el día? Solo de pensarlo me entran sudores. Tiene que haber otra forma de confirmar sin necesidad de tanta historia para no dormir.

Vuelvo a llamar a información y me dicen que no, que no tengo más remedio que hacerlo así con los dos pin. Pero oiga, que creo recordar que en años anteriores lo he podido confirmar por teléfono. No se puede. ¿Como que no se puede? Si tengo el borrador con el número de referencia y con el número de justificante se podrá ¡digo yo! ¡Ah, bueno si tiene el número de justificante sí puede! Pero tiene que llamar a otro número.

Me dan el número y llamo, una... dos... tres... infinitas veces porque el télefono no deja de comunicar y por fin en el último minuto cuando ya iban a ser las 20:50, ese teléfono deja de funcionar a las 21:00, me salta el contestador y finalmente puedo confirmar mi declaración de la RENTA 2014 ¡Aleluya! El trabajito me ha costado redonditas doce horas, que si trabajase en una oficina o similar habría sido un jornalito y encima extra, porque doce horas ya se pasan un poco del horario laboral normal.

Ahora, como comprenderéis, he guardado la declaración de este año como si fuera un tesoro en todos los pendrives que he pillado, por si me falla alguno; porque visto lo visto y que los nuevos métodos cada vez son mas cómodos pero más liosos, las cosas o se hacen bien o más vale dejarlas como están, mejor tener a mano la dichosa casilla 415 que volver a liarla parda con tantas cl@ves PIN o PON de las narices.

Pero la satisfacción de tener la misión cumplida vale un Potosí. Estoy contenta y feliz, ahora ya puedo dedicar el resto de la primavera a preocuparme solo de si las negras golondrinas vendrán a colgar sus nidos en mi balcón. 

Foto tomada de www.mundopoesia.com

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