jueves, 19 de marzo de 2015

LOS EDIFICIOS Y SUS CHISMES

Antigu Monasterio del Espíritu Santo
Foto tomada de Wikipedia
La verdad es que a la hora de escribir este post me tengo que pensar muy bien si le meto en mirada a la historia o en curiosidades, porque la verdad es que en cualquiera de esas categorías iría bien. Pero creo que al final me decantaré por curiosidades que hace tiempo que no meto nada nuevo.

Pues bien, es bueno saber que nuestro edificio del Congreso de los Diputados se asienta en el solar de lo que fue el Monasterio del Espíritu Santo, que se quemó en un incendio durante los primeros años del siglo XIX. Más tarde en 1834, cuando los liberales y progresistas llegaron a formar parte de las fuerzas políticas de nuestro país, sus miembros decidieron celebrar sus reuniones en la iglesia del viejo convento en ruinas. 

Mas tarde al asumir el poder el partido progresista se decidió que el lugar idóneo para que tuviese su asentamiento el Palacio de las Cortes sería el lugar que ocupaban esas ruinas y esa iglesia que les había servido para sus primeros debates. Así se comenzó a idear la construcción de lo que conocemos hoy como Congreso de los Diputados, situado entre las calles Zorrilla y el Carrera de San Jerónimo.

El proyecto quedó a cargo del arquitecto Narciso Pascual Colomer, iniciándose en el año 1843 y finalizando la obra en 1850, cuando fue inaugurado por la reina Isabel II. Como curiosidad hay que saber que durante los años que duró la obra los diputados se tuvieron que reunir en el salón de baile del Teatro Real, curioso lugar para una reunión política, pero visto lo visto je,je,je.

La fachada del edificio que da a la Carrera de San Jerónimo es una edificación elegante de estilo neoclásico con una gran escalinata, el pórtico surcado por seis columnas de estilo corintio que sustentan un frontón triangular con un bajorelieve que simboliza España bajo la Constitución y los principales valores que esta debe garantizar. Este bajorelieve es también obra del mismo escultor que realizó los leones. 

Pero quizás lo que más nos llama la atención y lo que más nos gusta tanto a los visitantes como a los propios madrileños son las dos figuras que custodían la entrada, los dos leones de las Cortes, conocidos popularmente por los nombres de Daoiz y Velarde como homenaje a los héroes del dos de mayo madrileño, los dos militares que, desacatando las órdenes de sus superiores se pusieron de parte del pueblo de Madrid y lucharon codo a codo con chisperos, modistas, aguadores, calesoros y demás miembros del pueblo llano contra la invasión napoleónica.

Daoiz y Velarde fueron obra del escultor Ponciano Ponzano y curiosamente el bronce de estas esculturas salió de la fundición de los cañones capturados al enemigo durante la guerra de África en 1860.

Y aquí viene la curiosidad, durante una limpieza que se realizó a las figuras en 1980, se dieron cuenta y saltó a las noticias que al león conocido como Daoiz le faltan los atributos masculinos, y aquí surgió el debate. ¿Olvido del escultor? ¿Falta de material? (esto me parece menos probable, porque un trocito de bronce se podía haber sacado de cualquier lado, vamos que nadie iba a saber si era de los cañones o no), ¿otras razones? Pues como el autor de la obra ya no está aquí para decirlo, y en su época a nadie se le ocurrió mirar los bajos al leoncito nos quedaremos con esa duda. En fin, misterios de la Historia, ¿Despiste o había alguna otra razón posible y oculta como en el caso de sus primos los leones de la Cibeles? Pero bueno de los leones de la Diosa ya nos ocuparemos otro día que también tienen lo suyo.

De momento nos quedaremos con la curiosidad de Daoiz y Velarde que, la verdad, tiene su miga ¿No es algo realmente simbólico que el edificio se asiente en el primer lugar que olió a aires de cambio y libertad con respecto a la monarquía rancia y absolutista que había guiado nuestros destinos hasta entonces? 

Os dejo un relato que escribí hace algún tiempo en mi blog del Papiro sobre los dos custodios de nuestro Congreso, espero que os guste.

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